Lee poesía
2010
Albert Frank Moritz (Inglés – Canadá)
Song of a traveler
If only I can be the air that fills my lungs.
It enters all their dark tunnels, their branch-roofed roads,
and comes to every end, fills all ends with itself,
and goes still farther, changed, into a new world, the blood,
flowing in calm strong currents, bringing life.

And not be what I am: a tiny wanderer
along the forking paths and streams of my own body,
with always a new turn to face, a new decision,
one way to take, many others never know,

with always a growing envy of the air
that gently possesses everything –but not
as my hope does, which drags its horse behind it,
and when sometimes arrives at a place it loved from far off,
it can’t bear to stay there even long enough
to cry or sleep, but trudges onward that same night.

Canción de un viajero
Si tan sólo pudiera ser el aire que llena mis pulmones. Aire
que entra en esos oscuros túneles, senderos con techos enramados,
llega a cada extremo, llena todos los rincones consigo mismo,
y avanza más lejos aún, cambiado, hacia un nuevo mundo, sangre,
que fluye en calmadas, robustas corrientes, trayéndonos la vida.

Y no ser lo que soy: un andariego diminuto
junto a senderos y arroyos de mi propio cuerpo que se bifurcan,
enfrentando una vuelta siempre diferente, una decisión nueva,
un modo de proceder —muchos otros nunca serán explorados—,

con la siempre creciente envidia del aire
que gentilmente todo lo posee: no como mi esperanza
que arrastra su caballo detrás de sí,
y que, cuando llega a veces al lugar que le encantaba desde lejos,
no soporta estar ahí lo suficiente como para llorar
o dormir, y en vez penosamente sigue su camino esa misma noche.

Traducción de Susana Wald
Angélica Ortiz López (Wixarika/Huichol – Jalisco)
Nemutatsuaka
Nemutatsuaka ’ena tetetsie nehakaitɨ
’ena netsuariya ’aixɨ ma’ane, ’aixɨ mɨtiutsuani,
nehɨxite ri kwinie mɨtihatɨka.

Tanaitɨ temuyetsuari hipatɨ kwinie hipatɨ yakɨ,
ne hikɨ kwinie nemɨreutsuamɨkɨ ’aimieme ’ena nemaka
netsuariyatsie ne’uyenieretɨ.

Heiwa tsepa pemɨkareutsuamɨkɨ pemɨtatsuaritɨarieni,
tsɨ tsuariya mɨtatsikuweiyane tanuiwaritsie tamɨiyatsie,

Tuukari mikaxuawe tsuaritsie mieme xeikɨa.
’Aimieme hikɨ nemutatsuaka mexi neyɨwe,
mexi nehamarike,
mexi nehɨxite katiwawe.

Tsuariya mɨkayutua,
maiwetɨ mɨ’ane, meiti’enietɨyeika xeikɨa kemi’ane mitatsuaka,
tsɨ ta’iyaritsiepaitɨ hatineikatɨ mɨ’ane
’aimieme xei ’ukai ’aixɨ retsuarietɨ ’aixi yeme kana’aneni.

Estoy llorando
Estoy llorando sentada aquí en esta piedra
el llorar aquí vale la pena, se llora bien:
mis ojos ya están hinchados.

Todos lloramos por algo; unos poco, otros mucho,
hoy, lloro sin dejar de mirar a través de mis lágrimas.

A veces no quieres llorar, pero te hacen llorar,
el llanto nos persigue y morimos con él.

No hay día especial para llorar.
por eso, hoy lloro, mientras puedo,
mientras sé llorar,
mientras mis ojos no se han secado.

El llanto no se vende,
el llanto es sagrado para aquel que lo llora,
y una lágrima bien llorada merece respeto por aquel que no la llora.

Briceida Cuevas Cob (Maya – Campeche)
Tan u yok’ol k’oben
K’óobene’ tu tsikbaltikten u kuxtal.
Táan u jats’ik in wich yéetel u múus ik’.
Tu ye’esikten u teejlil u túunchil,
bey xan u yellil u yich,
ku ye’esikten u ta’anil tu kíimil,
bey xan u k’áak’il ma’ t’aabal tu beeli’.

Ku jopken yéetel u muk’yaj.
Mix ba’al ku páajtal in wa’alik.
Kin ts’áik majni ti’ leti’ in wich
ka páajchak u yok’ol.

Llora el fogón
El fogón me cuenta su historia.
Su aliento golpea mi rostro.
Me enseña sus heridas,
rostro chamuscado,
cenizas muribundas,
la deformidad de sus llamas.

Ardo en su angustia.
En silencio
le concedo mis ojos para que llore.

Elicura Chihuailaf Nahuelpán (Mapuche – Chile)
Tvfachi mapu mew mogeley wagvlen
Tvfachi mapu mew mogeley wagvlen
Tvfachi Kallfv wenu mew vlkantukey
   ta ko pu rakizwam
Zoy fvtra ka mapu tañi mvlen ta tromv
   tripalu ko mew
pewmakeiñ mu tayiñ pu Fvchakecheyem
Apon Kvyen fey fey tañi pvll – pigekey
Ñi negvmkvlechi piwke fewla Ñvkvfvy.
En este suelo habitan las estrellas
En este suelo habitan las estrellas
En este cielo canta el agua
   de la imaginación
Más allá de las nubes que surgen
de estas aguas y estos suelos
nos sueñan los Antepasados
Su espíritu – dicen – es la Luna Llena
El silencio: su corazón que late.
Hugo Gutiérrez Vega (Español – Jalisco)
Pavana para una flautista muerta
Cuando llegaba la mañana
se te oía trajinar
entre tus flores, jugar con el color
para que en el día
y en la noche
crecieran los matices, los aromas.

Eran tres hermanas.
Una fue arrebatada
por el viento innombrado.
No pude ver sus últimos días,
el estruendo y la furia
me cerraron las puertas.
Me quedé con su última sonrisa
y sigo viendo cómo su cuerpo
oscilaba al ritmo de la flauta
(en ese momento era toda música)

Eran tres hermanas
siempre lo serán;
eran tres hermanas
en el tiempo real,
las veo caminando
por el Rock Creek Park.
Serán tres hermanas
en el tiempo irreal.

Irma Pineda Santiago (Diidxazá/Zapoteco – Oaxaca)
Naa nga gunaa yu ni guchezalu’ ne bisaananeu’ xpiidxilu’
Yanna caguiibelade’ ti che’ dxiibi
Cusiaya’ xtuuba’ guie’ xiñá’
ni biaana lu ziña yaa sti daa
Ma cadi dxapahuiini’ mudu di naa
xa ni cabeza guendandá dxi ra na’ xpa’du’
nga nuxhele laa
Zineu’ guie’ stine’
¡Dxu guiiba’!
Qui ñalu naa bichuugulu’ guie’
Ca yagana’ qui ñanda nucueezaca’ lii
Nisaguié ruuna lua’ qui zugaanda
cu’ igudxa layú
ne guni guiele’ sti bieque guie’ stine’
Soy la mujer tierra que rasgaste para depositar tu semilla
Lavo mi cuerpo para ahuyentar el miedo
Limpio las huellas de pétalos rojos
sobre la tierna palma del petate
No soy más la niña capullo
que esperaba el día en que las manos de su amado
la hicieran florecer
Te llevaste mi flor
¡Soldado!
Sin piedad la arrancaste
Mis ramas no tuvieron fuerzas para detenerte
La lluvia de mis ojos no será suficiente
para humedecer el suelo
y hacer que mi flor renazca
Lêdo Ivo (Portugués – Brasil)
Os Morcegos
Os morcegos se escondem entre as cornijas
da alfândega. Mas onde se escondem os homens,
que contudo voam a vida inteiro no escuro,
chocando-se contra as paredes brancas do amor?

A casa de nosso pai era cheia de morcegos
pendentes, como luminárias, dos velhos caibros
que sustentavam o telhado ameaçado pelas chuvas.
"Estes filhos chupam o nosso sangue", suspirava meu pai.

Que homem jogará a primeira pedra nesse mamífero
que, como ele, se nutre do sangue dos outros bichos
(meu irmão! meu irmão!) e, comunitário, exige
o suor do semelhante mesmo na escuridão?

No halo de um seio jovem como a noite
esconde-se o homem; na paina de seu travesseiro, na luz
do farol
o homem guarda as moedas douradas de seu amor.
Mas o morcego, dormindo como um pêndulo, só guarda
o dia ofendido.

Ao morrer, nosso pai nos deixou (a mim e a meus oito irmãos)
a sua casa onde à noite chovia pelas telhas quebradas.
Levantamos a hipoteca e conservamos os morcegos.
E entre as nossas paredes eles se debatem: cegos como nós.

Los murciélagos
En la cornisa de la aduana se ocultan los murciélagos.
Pero ¿dónde se esconden los hombres
que vuelan en tinieblas toda su vida y se estrellan
en las blancas paredes del amor?

La casa de nuestro padre estaba llena de murciélagos:
Candelabros pendientes de las vigas, sostén
del techo amenazado por las lluvias.
<<Estos hijos nos sorben la sangre>>, se quejaba mi padre.

¿Quién lanzará la primera piedra contra este mamífero
que, como el hombre, se alimenta de sangre
(¡hermano! ¡hermano!) y exige, comunitario,
aun en tinieblas el sudor de su prójimo?

En la aérola de un seno joven como la noche
se esconde el hombre, guarda su amor,
como si fuera oro, en su almohada
o a la luz de un farol.
El murciélago duerme como péndulo
y guarda nada más el día ofendido.

A mis ocho hermanos y a mi nos legó nuestro padre
su casa en la que por la noche
caía la lluvia entre las tejas rotas.
Pagamos la hipoteca y conservamos los murciélagos.
Ahora se debaten en nuestros muros,
ciegos como nosotros.

Natalia Toledo Paz (Diidxazá/Zapoteco – Oaxaca)
Bidxaa
Ti ganda gunebiaya’ bidxaa sti’ gueela’

sutaabe’ ti guiiba’ tini ndaani’ xpandalu’

ti qui guiniibi xquenda lu’, mani, bícu’, migu

zaca guzubalu’ xtiidxa’ ca dani.

Ne ti gueere’ ni gutuxua’ nia laya

sutiee xpandá’ lu’ ora ma cá dxii

ne sanesa lugiá’ ti guie

nandá’ zabee yaande’ni ne ti xiana ma gula.

Ora ma biaazi’ xpandalu’ guzuhua’ ti suquii

ti gune’ dé laya guirá’ ca mani beedxe’.

Metamorfosis
Para descifrar la dualidad de la noche

atravesaré con un clavo oxidado tu sombra

inmovilizaré tu espíritu de vaca, perro, chango

así obedecerás las palabras de las cuevas.

Con un carrizo afilado con mis dientes

delinearé tu figura atrapada

sobre una piedra haré pipí,

hirviendo la dejaré caer impregnada del mosto de la rabia.

Sobre tu dibujo hundido colocaré un comiscal

para pulverizar los colmillos de las bestias.

Natalio Hernández Hernández (Náhuatl – Veracruz)
Xopantla xochitl
Paqui noyolo
queman nimitz ita:

ipampa niquilcahua
san tipanoh ipan tlaltipactli,
niquilcahua san tihual temiquih.

Amo nihnequi:
   maixpilini motlachialis
Amo nihnequi
   mamopatla moxayac
Amo nihnequi
   maixpolihui mopaquilis.

Nochi xihuitipa
   ximoselilti
Nochi xihuitipa
   xitechxochimaca
Nochi xihuitipa
   xopantla nimitz chias

   Xochipitzahuac

Flor de primavera
Se alegra mi corazón
al contemplarte:

Olvido que somos pasajeros
aquí en la tierra
Olvido que sólo hemos venido
a soñar

No quiero
   Que se marchite tu mirada
No quiero
   Que cambie tu rostro
No quiero
   Que se borre tu sonrisa.

Reverdece
   Año con año
Entrega tus flores
   Año con año
Te estaré esperando
   Año con año

   Flor menudita

Odi Gonzales Jiménez (Quechua – Perú)
Ñawpa machus
Chayraq pacharuway qallariyninpis, manaraq apu inkanchiskuna rikhurimuqtinku, kay pachapi tiyasqa huk tanka runachakuna ayllu, awlunchis ñawpa machukuna sutiyoq.

Chay runachakunas laqhallapi tiyasqaku, mama killaq k’ancharillasqan. Inti taytayoq inkakuna chayamuqtinsis, chay ñawpa machukuna mana intiq k’anchayninta, q’oñi kayninta atipaspa, uywankunantin, sumaq phallchankunantin ima ayqesqaku mana intiq k’anchasqan Lares hatun yunkaman. Chaysi ayqeyninkupi runachakunaqa, intiq ruphasqan ñaq’ariyusqaku k’illinsasqa. Chay kikinpis kanakuyta tukuspa, paykunaq usphanku, wayraq apasqan wichapusqa Pitusiray, Sawasiray orqokunaman, rumikunaman. Chaypis kawsashan kunankama, ñawpa machuq nunan, millaychakuspa.

Ichaqa chay ayqeyninkupis mana llapankuchu ñak’arisqaku; wakin runachakunas, manaraq intiq k’anchaynin chayamushaqtin phawayusqaku pacha ukhuman, orqo ukhuman, qocha ukhuman ima. Chaymantas, inkakunaq munaynin tukukuqtin, kutimunqaku kay pachapi kamachinankupaq.

Los antiguos abuelos
Dicen que en los inicios de la creación del mundo, antes de los poderosos Incas, vivieron sobre estas tierras, una estirpe de hombrecitos pequeños llamados ñawpa machus o antiguos abuelos.

En aquellos tiempos, los hombrecillos vivían en la penumbra, alumbrados solamente por la tenue luz de la luna. Cuando llegaron los Incas o Hijos del Sol, los ñawpa machus que no podían resistir la luz ni el calor del sol, huyeron con sus animales y sus ricas pertenencias hacia la selva del Valle de Lares a donde todavía no habían llegado los rayos del sol. Sin embargo, en el camino, muchos de ellos fueron alcanzados por los rayos solares, pereciendo allí mismo calcinados. Dicen que sus cenizas esparcidas se convirtieron después en rocas y montañas como el Pitusiray y Sawasiray donde ahora moran sus espíritus malignos.

Desde luego que en su huída, no todos los hombrecitos fueron aniquilados; hubo algunos que antes de ser alcanzados por el sol, lograron escabullirse dentro de la tierra, penetrar al interior de los cerros o sumergirse al fondo de los lagos de donde, cumplido el ciclo de los Inkas, retornarán para reinar otra vez sobre estas tierras.

Paul Bélanger (Francés – Canadá)
Origine des méridiens
I

Or des sources, désert
des solitudes, venu de l'aval
vers cet archipel de rochers cannelés

   homme aux frontières
   de ton étroite maison

le hasard a conduit tes gestes
aux rencontres aveugles des jours

si loin que le corps étourdi par ses remords
construit un passage de mots et de chiffres
premiers d'un pas ultime

dont émane un premier chant bleu.

Origen de los meridianos
I

Oro de las fontanas, páramo
de las soledades, viene desde río abajo
hacia este archipiélago de peñascos estriados

   hombre en las fronteras
   de tu pequeña casa

el azar ha conducido tus actos
a los ciegos encuentros de los días

tan lejos que el cuerpo trastocado por sus remordimientos
forja un pasadizo de palabras y de cifras
primeras con un paso postrero

del que emana un primer canto color índigo.

Traducción de Silvia Pratt
Susy Delgado (Guaraní – Paraguay)
Mboriahu retä
Ka'aru pytü
ha che rovetäme
hendypu joa
tataindy mboriahúicha
tapÿi chavimi
mboriahu retä.
Patria de los pobres
Anochece
y en mi ventana
se encienden
como candelitas pobres
los ranchos
la patria de los pobres.
Invitado especial
Miguel León-Portilla (Náhuatl – CDMX)
Ihcuac tlahtolli ye miqui
Ihcuac tlahtolli ye miqui,
mochi in teoyotl,
cicitlaltin, tonatiuh ihuan metztli;
mochi in tlacayotl,
neyolnonotzaliztli ihuan huelicamatiliztli,
ayocmoneci
inon tezcapan.

Ihcuac tlahtolli ye miqui,
mochi tlamantli in cemanahuac,
teoatl, atoyatl,
yolcame, cuauhtin muan xmuitl
ayocmo nemililoh, ayocmo tenehualoh,
tlachializtica muan caquiliztica
ayocmo nemm.

Quinihcuac motzacua
nohuian altepepan
in tlanexillotl, in quixohuayan.
In ye tlamahuizolo
Occetica
in teoyotl,
in tlacayotl,
in machi mani muan yoli in tlalticpac.

Ihcuac tlahtolli ye miqui,
itlazohticatlahtol,
imehualiz eltemiliztli ihuan tetlazotlaliztli,
ahzo huehueh cuicatl,
ahnozo tlahtolli, tlatlauhtiliztli,
amaca, in yuh ocatcah,
hueliz occepa quintenquixtiz.

Ihcuac tlahtolli ye miqui,
occequintin ye omiqueh
ihuan miec huel miquizqueh.
Tezcatl maniz puztecqui,
netzatzililiztli icehuallo
cemihcac necahualoh:
totlacayo motolinia.

Cuando muere una lengua
Cuando muere una lengua,
las cosas divinas,
estrellas, sol y luna;
las cosas humanas,
pensar y sentir,
no se reflejan ya
en ese espejo.

Cuando muere una lengua,
todo lo que hay en el mundo,
mares y ríos,
animales y plantas,
ni se piensan, ni pronuncian
con atisbos y sonidos
que no existen ya.

Entonces se cierra
a todos los pueblos del mundo
una ventana, una puerta.
Un asomarse
de modo distinto
a las cosas divinas y humanas,
a cuanto es ser y vida en la tierra.

Cuando muere una lengua,
sus palabras de amor,
entonación de dolor y querencia,
tal vez viejos cantos,
relatos, discursos, plegarias,
nadie, cual fueron,
alcanzará a repetir.

Cuando muere una lengua,
ya muchas han muerto
y muchas pueden morir.
Espejos para siempre quebrados,
sombra de voces
para siempre acalladas:
la humanidad se empobrece.